Introducción
En este breve escrito intentaré expresar las causas históricas y lógicas por las cuales el muralismo opta por una representación de la figura humana de cuerpo entero.
Un poco de historia:
Analizando los testimonios históricos de pinturas y esculturas murales vemos en la mayoría de estas, coincidencias en lo que respecta a la ejecución de la figura humana de cuerpo entero.
El mural egipcio:
Si investigáramos acerca de la pintura o escultura mural egipcia notamos que las figuras de reyes, dioses y otras de carácter antropomórfico pueden llegar a representarse con diferencias de tamaños entre sí pero nunca seccionadas (como ser de la cintura para arriba por ejemplo). Esta diferencia de tamaños se debe a la jerarquía de los personajes. La forma de pintar egipcia estaba sujeta a estándares y no se debe a ningún tipo de primitivismo el hecho de que sus escenas parezcan decididamente irreales: su habilidad técnica y su evidente comprensión de las formas deja esta cuestión bien clara; más bien es la consecuencia directa de la función esencialmente intelectual de su arte. Cada sujeto se mostraba desde el ángulo que lo hacía más fácilmente identificable. Por esta razón en la pintura egipcia no existe la perspectiva. La razón por la cual los egipcios no representaban la figura humana recortada desde el piso, era porque de algún modo se estaría quitando información acerca del aspecto físico del representado. También porque era necesario representar todo el entorno para que la escena se mantuviera exacta en el mas allá.
Podremos ver y constatar esto en muchos ejemplos, entre ellos, la Pintura mural de la tumba de Ramosés, Tebas, Egipto, que data del 1370 a.C., en el fragmento denominado "Las Plañideras" o " Cazandop aves", de la tumba de Nebamon, Tebas, Egipto, que data del 1400 a.C.
Como curiosidad:
Los muralistas que fueron parte del muralismo mexicano, promueven el no uso de la perspectiva renacentista en forma total.
El uso de múltiples puntos de visión en las figuras y espacios de un mural facilita la lectura y da dinamismo a la composición.
Así podemos ver personajes y objetos que si bien se encuentran juntos pueden estar representados desde diferentes puntos de visión.
El mural Minoico y Micénico:
La civilización Minoica de la edad de bronce (3000-1100 a. C.), denominada así por el mítico rey Minos, fue la primera en desarrollarse en Europa. Se hallaba establecida en la pequeña isla de Creta, situada en el Mar Egeo entre Grecia y Turquía, y su sociedad se desarrolló más o menos paralelamente a Egipto. A pesar de su proximidad y de ciertas influencias compartidas, las culturas Egipcia y Minoica se desarrollaron muy separadas, aunque la segunda tuvo una enorme influencia en el arte de la antigua Grecia.
Aunque se aprecia una cierta repetición esquemática de la figura humana, también llegan a nosotros ejemplos de pintura mural con representaciones de cuerpo entero. Podemos citar como ejemplo de este período "la escena de Tauromaquia", fresco del palacio de Cnosos, Creta, del año 1500 a.C.
El mural Etrusco:
La civilización Etrusca existió en la península italiana al mismo tiempo que la griega, se extendía por el sur de Italia en el siglo VIII a. C. Su arte muestra influencias del arte griego, pero mantiene un estilo propio muy valorado por los griegos. Algunas de las primeras obras de arte de los Etruscos, como el mural de " La tumba de los leopardos", año 470 a.C., en Tarquinia o " Plañideras" de una tumba en Rivo di Puglia, Italia, de finales del siglo V a. C., nos muestran las escenas donde la acción no se resume al enfoque de una parte del cuerpo sino complementan la composición del mural con el espacio arquitectónico.
El mural Griego:
Si bien no quedan muchos conservados, la pintura griega mas importante del siglo IV a. C. es el “Rapto de Perséfone”, pintada sobre el muro de una tumba del mismo complejo funerario donde está enterrado Felipe II de Macedonia, que murió en el año 365 a. C. Este mural nos muestra un gran realismo y ambas figuras se muestran de cuerpo entero.
El mural en la Grecia clásica:
EL mural del imperio Romano:
La pintura mural romana en la mayoría de los casos son copias de estilos u obras Helenísticas. La perteneciente al siglo I nos muestra un naturalismo sin precedentes y una relajada cualidad lírica.
Como testimonio tenemos un bello mural de la ciudad Romana de Stabia, llamado, "Muchacha juntando Flores", fechado entre los años 15 a.C. y 60 d.C.
El mural Bizantino:
A principios del siglo II d.C., el gran Imperio Romano estaba en declive, y en el siglo III d.C. su vida política había degenerado en caos. Cuando el emperador Diocleciano dividió el imperio en dos, de este a oeste, empezó la caída del Imperio Occidental. En el siglo V, el Imperio Occidental sucumbió a los bárbaros germánicos. En el este, en Bizancio, emergió un imperio nuevo, de base cristiana, destinado a durar mil años y que tenía una forma de arte nacido del cristianismo.
En Roma, en la red de antiguas cámaras funerarias conocidas como catacumbas, hay una serie de pinturas murales que datan de la época en que los cristianos fueron perseguidos, durante los siglos III y IV. En cuanto a estilo, estas pinturas llevan la marca de la tradición grecorromana y de cuerpo entero.
Es importante destacar en este período pues aparecen los mosaicos reconocidos por ser el estilo Bizantino por excelencia.
Es Ejemplo de esto la obra "Justiniano y sus ayudantes" del gran ciclo de mosaicos de la iglesia de San Vital, Ravena, año 526-547.
Téngase en cuenta la siguiente característica de este período:
Los íconos, una gran tradición dentro de la vida de la Iglesia Oriental, eran imágenes religiosas, generalmente de Cristo, de la virgen o de los Santos. Estaban pintados sobre pequeñas tablas que se confeccionaban así porque eran fáciles de llevar para poder utilizarlas como instrumentos de devoción.
En la utilidad del ícono no era necesario que las figuras estuviesen representadas de cuerpo entero. Es así que podemos ver imágenes de la virgen y el niño de la cintura para arriba o del rostro de Cristo.
El mensaje era lo importante y lo mismo resultaba una manera que otra. También la imagen era simplificada.
En muchos murales de iglesias vemos que los artistas de la época, a partir de esta costumbre de representar parte de de la figura, hicieron lo mismo en murales. Apareciendo muchos ejemplos de gigantografías murales.
En la catedral de Monreale, en Sicilia, podemos ver figuras completas de santos y en ciertas partes de su bóveda, círculos a modo de pequeñas ventana por donde asoman figuras parciales de de santos.
El mural Románico:
El mural Gótico:
Como ejemplo de pintura mural se hallan los frescos de Cimabue y Duccio.
El mural Renacentista:
Comparando, la pintura gótica fue modelada por las sociedades feudales de la Edad Media, con sus raíces en las tradiciones Románicas y Bizantinas; el arte Renacentista, por su parte, surgió de una civilización nueva y de rápida evolución. Marcó el punto de salida del mundo medieval al mundo moderno y, como tal, aportó los fundamentos de la sociedad y los valores occidentales.
Mural Barroco:
Barroco, originalmente una palabra portuguesa que significaba "de forma irregular e inexacta", se utilizó como término artístico. Este suponía una nueva dirección en el mundo del arte que surgió en Roma a principios del siglo XVII, en parte como reacción a la artificialidad del estilo manierista del siglo XVI. El estilo estaba enfocado tanto a la emoción genuina como a lo inmaginativamente ornamental. El drama humano se convirtió en un elemento vital en la pintura barroca, representado con gestos teatrales y muy expresivos, iluminados con impresionantes claroscuros y con una rica combinación de colores.
Venus y Marte realizado por Giordano
Mural Rococó:
EL estilo rococó se desarrollo como sucesor del barroco en un a amplia gama de ámbitos artísticos, entre ellos la arquitectura, la música y la literatura, además de la pintura. Su énfasis radicaba en la ligereza, la decoración y la elegancia estilística. Surgió en París a principios del siglo XVII y se extendió por el resto de Europa.
Tiépolo
Mural Neoclásico:
El neoclasicismo nació a partir del rechazo del rococó y del barroco tardío, a mediados del siglo XVIII. Los artistas neoclásicos pretendían conseguir un estilo que trasmitiese ideas morales serias como la justicia, el honor y el patriotismo. Ansiaban recrear el estilo simple y digno del arte clásico de Grecia y Roma.
Mural Romántico:
El romanticismo empezó en la misma época, pero se trataba de un enfoque mas relacionado con lo moderno, y trataba sobre lo salvaje y la expresión más que sobre el control.
(mural de Delacroixe)
El muralismo Mexicano:
En el mundo había decaído la pintura mural, ya que los artistas se volcaron a concebir sus obras sobre lienzo. El nacimiento de las vanguardias acaparaba la atención de los allegados al arte y a las galerías, mientras que las mayorías, carentes de educación, ayudados por artistas más inclinados a poner su genialidad al servicio de sí mismos que a socializar sus saberes, encontraban una barrera en que las formas y los símbolos se confundían y se volvían difíciles de decodificar para estos. No fue coincidencia que fuera México y sus artistas quienes encendieran nuevamente la llama de la pintura mural y que concibieran un verdadero "muralismo", no como mero compendio de manifestaciones artísticas sobre un muro, sino como " un pensamiento" en la manera de realizar un mural.
Los muralistas mexicanos más destacados de esta época son:
David Siqueiros, Diego Rivera, Orozco y Rufino Tamayo. Todos participaron en la publicación del manifiesto muralista y podemos observar algunos ejemplos de sus obras para poder ver el modo en que representaban la figura humana.
Mural de Siqueiros
Mural de Orozco
Conclusión:
Ante una enorme cantidad de murales de todos los tiempos, con ejemplos claros de la figura humana completa, cabe hacernos las siguientes preguntas:
¿Es esto una simple casualidad el modo de representación?
¿Cuál de los dos modos es el mejor? ¿Por qué?
Recordemos que la época en la cual se comenzó a representar la figura humana cortada fue a partir de la caída del imperio romano. El ícono religioso en tablas pequeñas de fácil traslado para su adoración, dio lugar a que no fuese necesaria la confección de la figura humana de cuerpo entero. Como lo que importaba era el mensaje y su difusión, daba lo mismo la totalidad de la imagen de Cristo que solo su rostro.
Considero que en estos casos particulares (haciendo referencia a los murales con figura humana fragmentada), es donde " los artistas del mural rompen con el diálogo físico mural - espectador y viceversa (modo de representación de mayor impacto psicológico utilizado hasta entonces y posteriormente rescatado por los artistas del muralismo mexicano y artistas que siguieron por esta línea), ya que solo se trataría de agrandamientos de dichas representaciones a la hora de hacerlas sobre un muro. Pero no solo por esto.
Como dijimos, en los murales profanos los temas e imágenes representados tenían una relación física directa con el espectador. Este, no solo podía sentirse parte del mural por su temática, sino a su vez, podía ver los personajes por completo como nosotros podemos ver a las personas cuando caminamos por un sitio cualquiera.
Es difícil establecer un contacto subjetivo físico y un diálogo exterior - interior con los personajes del mural, si estos se hallan desde que comienza la construcción del muro en el piso representados de la cintura para arriba o simples gigantografías de cabezas.
(El hecho de representar algo visto a través de un marco de encierro, corta de alguna manera esta relación y el espectador pasa a ser un individuo que se compromete nada más a ver a través de una ventana. El cuerpo del espectador no está hermanado a la obra).
Pero tratándose de imágenes de carácter divino, ideológicamente lo físico humano estaba lejos de esto. Dios y los Santos en el cielo y nosotros en la tierra. Con esto no quiero decir que todo el arte mural posterior fue un arte de figuras fragmentadas, ya que sobran muchos ejemplos con figura completas.
También no debemos olvidar la influencia de la fotografía en el arte, la contaminación visual con gigantografías de publicidades y la imagen tratada desde distinto tipos de planos, influyen en la fragmentación de la imagen.
Pero quiero hacer una comparación con el mural hecho por las mayorías de los artistas posteriores a la caída del muralismo Mexicano, hasta la actualidad y establecer algunos rasgos en común.
Durante el auge del muralismo Mexicano, el arte Moderno de caballete corría por carriles distintos a los del muralismo. Mientras los muralistas de aquella época arengaban al arte popular y social de masas, un arte que entre otras cosas debía ser comprendido por todas las clases sociales y poseer un lenguaje comprensible; el arte moderno generaba vanguardias y se alejaba poco a poco de la comprensión de las masas para convertirse en arte para algunos entendidos. De dudarse esto basta con hacer una consulta popular preguntando sobre los diferentes ismos a todo tipo d e personas y se verá seguramente una afección mayoritaria por el realismo que por la abstracción. Aquí es el punto en donde a partir de la libre expresión e indiferencia por parte de los artistas al modo de concebir los murales, surgen murales abstractos y gigantografías, donde se ven claros ejemplos de rostros en primer plano, figuras en plano americano u otros. Como en esos ejemplos de la edad media, y de la fotografía, los artistas en la mayoría de los casos inocentemente, logran que el espectador no comparta una relación de convivencia física con el mural. En ese tiempo, por lo divino y las ideas religiosas, en este, por una creencia falsa de libertad de expresión y comodismo donde la indiferencia tapa con su manto a los conocimientos técnicos muralistas de la realización de un mural.
El muralista pinta para las masas y se incluye. El artista que pinta muros, pinta lo que quiere y como quiere (cosa que respeto) y muchas veces termina pintando para él y no para todos. Esta es la mejor excusa para tirar por la ventana todos los conocimientos y separar al mural de su soporte fundamental que es la arquitectura. El artista se vuelve tan individualista que olvida no solo al espectador sino además olvida que esta pintando sobre una obra de arte en sí que es un " ámbito arquitectónico" determinado. Estos olvidos promueven murales invasivos.
Esto es importante dar a conocer a los que tengan ganas de iniciarse en el muralismo, así podrán elegir uno u otro camino, entonces sí, conoceremos lo que es la libertad de hacer desde el conocimiento y podrán confrontar posturas ideológicas.
El muralismo es una disciplina compleja porque intervienen en ella conocimientos de otras disciplinas. Pero los amigos de la " ley del menor esfuerzo" miran para otro lado.
Es sabido que existen obras pictóricas sobre pared que ejemplifican lo contrario, pero invito: a numerarlas y comparar cifras, a investigar acerca de los grandes muralistas de todos los tiempos e investigar como representan la figura humana y confirmarán lo expresado aquí.
¿Por qué es importante la relación física de la obra con el espectador?
Para poder explicar claramente esto recurro a una situación.
Cuando los muralistas nos proponemos proyectar un mural lo primero que nos interesa es si el mensaje llega con claridad al espectador. Esto es fundamental, pero en la manera en que llega este mensaje es lo importante.
Supongamos un concurso de murales donde se realizan 3 obras con una misma consigna, “La marcha de los obreros”. Al ver las obras concluidas vemos los siguientes casos:
1° Una obra en la que se representan una multitud de personas de perfil con banderas y puños en alto, gritando, solamente vistas de la cintura para arriba.
2° Una obra en la que la multitud se halla marchando de frente, con banderas, puños en alto, gritando, de la cintura para arriba.
3° Una obra en la que se representa la multitud marchando de perfil, con banderas, puños en alto, gritando, de cuerpo entero, estas en escala similar al tamaños de los espectadores que por ahí pasan.
4° Una obra donde la multitud se halla marchando de frente, con banderas, puños en alto, gritando, de cuerpo entero, pero enfocado en ángulo desde abajo y exagerando el tamaño de los pies de los personajes que van por delante.
Si bien en todos los casos se representa perfectamente el mensaje “marcha o manifestación”, solo en los dos últimos casos al espectador le causaría un doble impacto, ya que se le suma un impacto mas ligado con lo físico.
En el 3° ejemplo el espectador que pase por el mural se convertirá no solo para él si no para los que lo vean pasar por allí en un personaje mas de la obra.
En el 4° ejemplo el espectador siente la sensación de que la marcha lo pasa por encima interviniendo una experiencia de reflejo físico además de visual.
El diseñador podrá optar por múltiples formas de dibujar el mural pero hay maneras que implican un mayor compromiso con el dibujo y muchos optan por lo fácil creando murales incompletos.
Es así que la importancia de la relación física del espectador con la obra mural radica en que el mensaje se vuelve “mas significativo” ya que el muralismo brinda un impacto visual mayor, no por el tamaño si no por el modo de representar la acción.
Cristian Del Vitto (Muralista argentino, miembro del Movimiento Nacional de Muralistas de Argentina)
delvittomural@yahoo.com.ar
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